Tortugalia. Pasión por las tortugas
  Medicina preventiva
 

 

MEDICINA PREVENTIVA EN TORTUGAS

 
                 

Como cualquier ser vivo, las tortugas pueden sufrir diferentes enfermedades. Muchas de estas enfermedades es posible prevenirlas con un adecuado mantenimiento y siguiendo una serie de pautas preventivas que podrían resumirse del siguiente modo:

- No mezclar diferentes especies de tortugas en los mismos terrarios o recintos. Cada especie debe alojarse de forma separada, evitando el contacto entre ellas, aunque los animales estén perfectamente sanos. Esto es importante, principalmente, por dos aspectos:

  1. Todas las especies de tortugas pueden ser portadoras de microorganismos a los que son resistentes, pero que pueden ser letales para otras especies.
  2. El comportamiento “social” de cada especie es diferente, por lo que la convivencia entre diferentes especies puede dar lugar a una situación de estrés crónico que acabará en enfermedad.

Cualquier colección de tortugas en la que las diferentes especies comparten el mismo alojamiento está condenada al fracaso.

- Hacer cuarentena de cada nuevo ejemplar que se adquiera. La cuarentena debe hacerse en lugar separado de la colección principal y en terrarios o recintos de fácil limpieza y desinfección. El periodo de cuarentena variará en función del origen y estado del animal, pero como mínimo debería ser de 6 a 12 meses. Durante la cuarentena:

  1. Se mantendrá a las tortugas en las condiciones óptimas de actividad de la especie.
  2. Se realizarán chequeos de parásitos y se tratarán de acuerdo a los resultados encontrados.
  3. Es muy recomendable realizar chequeos para detectar herpesvirus (preferiblemente por PCR).

- Mantener una buena higiene de los terrarios y recintos

- Chequeos periódicos parasitológicos y tratar en función de los resultados. No es necesario realizar análisis de todos los ejemplares, sino que puede ser de uno o varios (conjuntamente) de cada recinto.

- Mantener a los tortugas en las condiciones de temperatura y humedad adecuadas para la especie. Aunque esto parezca obvio, no siempre se cumple, por ejemplo es habitual que las zonas de refugios sean demasiado frías en invierno o que las condiciones de humedad sean excesivamente secas durante todo el año.

- Alimentación adecuada, evitando la sobrealimentación.

- Evitar otras situaciones de estrés crónico. Por ejemplo:

  1. Cuando varias tortugas convivan juntas, separando a aquellos animales menos dominantes que no pueden termoregularse correctamente o que se alimentan menos. En otras ocasiones puede ser necesario separar a los machos de las hembras, etc.
  2. No manipular de forma excesiva a las tortugas.
  3. Situaciones ambientales estresantes. Además de las mencionadas en apartados anteriores, un exceso de luz sin posibilidad de refugio en especies de bosque, etc.

- Ante cualquier signo de enfermedad hay que acudir inmediatamente a un veterinario con experiencia en tortugas.


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